martes, 30 de noviembre de 2010

LAS RUTAS COMERCIALES.

Una vez que los españoles llegados a América se fueron familiarizando con el territorio, fueron modelándolo a su antojo sin importarles las consecuencias.
Las principales explotaciones las sufrieron los suelos fértiles y las minas de plata.
La mano de obra utilizada para llevar acabo este “saqueo” era la de los propios indígenas, explotándolos de manera extrema.

Los colonos españoles estaban poco acostumbrados al maíz, principal sustrato en la dieta indígena, con lo que intentaron emplear las grandes extensiones de terreno para el cultivo de cereales, como por ejemplo el trigo, dedicándose así únicamente a la producción para conquistadores y colonizadores.
Además de los cereales, otros de los productos demandados por los españoles eran el vino y el aceite, (productos exportados por España). Hay que mencionar que no sólo eran productos básicos los que llegaban a América, sino también artículos de lujo como prendas de vestir o tejidos de alta calidad, objetos de plata, libros y muebles.

Para que hubiese un equilibrio comercial, es decir para pagar las importaciones que recibían los colonos de la metrópoli, esta reclamaba productos de América.
Entre estos productos destacamos perlas encontradas por primera vez por Colón, concretamente en Venezuela. El cacao que se convirtió en un producto básico para la exportación, incrementándose en el siglo XVIII. El nacimiento del gusto por el chocolate, el cultivo del tabaco de manera extensiva, el azúcar y el algodón.
Pero el producto más exitoso fue la plata, gracias a la cual se dio un mercado más monetizado, desarrollando una fuerte dependencia por este producto, así como el oro.
Esta obsesión por la plata, llevó a los colonos a establecer nuevos asentamientos y ciudades para encontrar más reservas de plata, donde históricamente destaca la popular mina del Potosí, en Perú.

En general, este nacimiento del comercio entre metrópoli y Nueva España provocó la creación de numerosas rutas trasatlánticas.
Colón gracias a su arte sobre la navegación descubrió la mejor ruta que unía Andalucía con la América tropical del Caribe, haciendo escala por Canarias.

Durante las primeras décadas los viajes se realizaban en buques aislados, hasta 1526 cuando la Casa de Contratación en Sevilla regula que los trayectos se deben realizar con flotas.
A la hora de volver, los galeones se reunían en La Habana rumbo a Sevilla.
Esto cambia en 1717 dónde es Cádiz ahora la “capital marina” estableciéndose puerto único. Lo que variará en 1778 dándose el derecho al comercio a otros puertos.

Se irán creando numerosas rutas marinas que permitirán el intercambio de productos entre numerosos puntos del globo.

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