domingo, 21 de noviembre de 2010

¡Tierra a la vista!

  Ardua parecía la tarea de afrontar la acción de España en América, pero, gracias a Dios, poco a poco el puré mental que caracterizaba la situación en los primeros días se va aclarando y ya vamos teniendo algunas cosas claras.
  No hay que olvidar que el periodo que abarcamos corresponde a la totalidad de la peripecia política española en el continente americano, es decir, desde finales del siglo XV hasta principios del XIX ¡casi trescientos cincuenta años! Excluyendo la permanencia cubana.
 Otra dificultad a la hora de orientarnos en esa selva consistía en que nos enfrentábamos con un mundo biológica y culturalmente mestizo: europeo, indio y negro (Europa, América y África), donde el grupo dominante política y económicamente era demográficamente minoritario, pero ¿era la raza el único fundamento de la división social?. Vamos descubriendo que en la época de la Conquista la raza era el único elemento que determinaba y clasificaba la sociedad: sólo había dominadores y dominados, con el correspondiente contrapunto económico, pero en la época posterior -la mayor parte del periodo colonial- la raza fue un factor menos importante para el estatus social, como lo pone de manifiesto el aumento de matrimonios entre personas de distintos grupos raciales. En fin: que nos vamos abriendo paso entre españoles, criollos, indios, mestizos, negros, mulatos y afinés.

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